El arquitecto David Adjaye en su estudio de Londres. ED REEVE
El arquitecto 'afropolita' nacido en Tanzania es objeto de una
exposición en el Museo del Diseño de Londres y la revista 'Time' le elige el
arquitecto más influyente del mundo
El arquitecto David Adjaye, calificado por la revista Time como el
más influyente del mundo, es muy hablador. Le interesa todo, pero,
especialmente, lo que rodea al edificio. El concepto de contexto histórico
conlleva demasiados ingredientes para que Adjaye, de 52 años, pueda descansar
tranquilo mientras construye por todo el mundo lo que él denomina «monumentos
de cada día». Adjaye tiene un bagaje inusual. Nacido en Tanzania de padres
ghaneses, residió en varios países por el oficio de diplomático de su padre
hasta que se quedaron en el norte de Londres, en el barrio de Hampstead. A día
de hoy el arquitecto toca teclas tan distintas como la construcción de una
catedral en Accra (Ghana), el monumento a Coretta y Martin Luther King en
Boston (EEUU) o el monumento Mass Extinction Observatory, en la isla de
Portland (Canal de la Mancha).«La catedral de Ghana surgió el verano pasado a
raíz de la muerte de Kofi Annan y el retorno de su cuerpo a Ghana. No había un
lugar para dignificar a un personaje de su talla. El actual Gobierno planeó la
construcción de la catedral. Hay que tener en cuenta que ahora Ghana es un país
estable y que tiene numerosas religiones y, para mí, la catedral será un lugar
para celebrar la vida y la muerte, un lugar de reunión y de ritual, un espacio
nacional de intercambio de experiencias», explica del proyecto al que se
dedicará los próximos cuatro años.
Adjaye, que trabajó en sus inicios con David Chipperfield, formó
una empresa en 1994 con William Russell hasta el 2000 que se independizó. Su
carrera profesional ha seguido el ritmo de la economía mundial.Le han colgado
la etiqueta de «afropolita» por su experiencia y conocimiento de África y del
desarrollo de las metrópolis. El eje África-Occidente le estimula y se lanza a
alabar al presidente francés, Emmanuel Macron, por abrir la caja de Pandora de
la devolución de objetos incautados en las políticas coloniales. David opina al
respecto que «el patrimonio debe volver a su lugar si hay estabilidad en el
país para crear una nueva relación que sea interactiva en la que la
arquitectura puede tener un papel importante».El Museo del Diseño de Londres le
dedica una exposición, Making memory, que reúne sus proyectos como el Museo
Smithsonian de Historia y Cultura Afroamericana en Washington.
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2019/03/02/5c79764821efa0c9358b4677.html
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