LEILA GUERRIERO
El presidente
brasileño Jair Bolsonaro saluda a un militar chino durante una ceremonia de
presentación de las credenciales de los nuevos diplomáticos en el Palacio de
Planalto en Brasilia (Brasil). SERGIO LIMA / AFP
¿Qué hacen todas
estas cosas sobre mi escritorio? ¿Qué hace la camisa rosada con alforzas que a
los 13 años me parecía tan sexi y que en verdad era un mamarracho? ¿Qué hace el
olor pegajoso del brillo para labios que usaba en las fiestas de la
adolescencia, cuando esperaba con taquicardia imbécil a que P. me sacara a
bailar un tema de Air Supply? ¿Qué hacen la tapa del vinilo de Saturday Night
Fever y el amor doloroso y ridículo por John Travolta, y el bolsillo de mi
guardapolvo latiendo como un volcán con la carta de R. (y el terror a que la descubrieran)?
¿Qué hacen el calor tristísimo de las estufas a kerosén que había en mi casa, y
las tardes de calvario en las que iba al conservatorio de música, y el sonido
de los pianos destartalados que me hundía una uña negra en la garganta apenas
empezaba a subir las escaleras y las garras mal pintadas de la señorita Z. que
me enseñaba solfeo, y los gritos despóticos del profesor de natación y el frío
de la piscina que se metía bajo la piel como una parálisis? ¿Qué hacen el TEG y
el Ludo Matic y los días de lluvia en los que sentía que estaba muerta pero
sonreía mientras jugaba con mi hermano, y el olor desastroso a desinfectante y
mina de lápiz que había en el colegio? ¿Y qué hace acá ese atardecer en la
terraza de mi abuela mientras ella colgaba sábanas y yo escuchaba ulular el
silencio sintiendo que podía volar? ¿Qué hacen acá la gorra de baño con flores
amarillas, la gata Murly, el olor a chocolate del bargueño, el rastro dulcísimo
del agua sobre las baldosas calientes? ¿Qué hace todo eso acá, vertido sobre mi
escritorio como una infección? Jugando a escribir una columna releí la primera
frase del libro Cabro chico, del fabuloso poeta chileno Claudio Bertoni —“De
partida descubrí: no se recuerda así nomás”—, y metí el hocico en la memoria
como un caníbal que se devora a sí mismo. Encontré cadáveres.
https://elpais.com/elpais/2019/03/11/opinion/1552316246_201523.html
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