Radio Televisión
Española presenta el documental en el que cuatro momias han sido sometidas a un
TAC de última generación en la clínica Quirónsalud
Cuentan que el 26 de
noviembre de 1922, Howard Carter, después de introducir por primera vez la
cabeza por un hueco que se había abierto en la puerta de la tumba de Tutankamón
-y a medida que sus ojos se acostumbraban a la oscuridad-, comenzó a ver brillos
dorados, cabezas de dioses chacales, una balumba de tesoros intactos que nadie
había tocado en miles de años. Y mientras Lord Carnavon le preguntaba en la
entrada de la tumba muy impaciente: «¿qué ve?», Carter respondió: «Cosas
maravillosas». Aquella escena cambiaría para siempre la egiptología.
Ahora, en Madrid,
los egiptólogos han podido mirar de nuevo donde nadie había puesto antes sus
ojos. Y también han podido descubrir «cosas maravillosas».
Dos mil años después
de muerto, una noche de junio de 2016, Nespamedu llegó a la puerta de urgencias
de la clínica Quirónsalud de Madrid. Unos pocos testigos vimos cómo le
llevaban, con sumo cuidado, envuelto en las vendas con las que había sido
enterrado. Llegó junto a otras tres momias y los especialistas les llevaban con
tanto cuidado que iban en contenedores especiales con ambiente controlado, en
aquella medianoche de primavera, elegida también porque la meteorología era
perfecta, ni muy húmeda ni muy cálida.
La escena se aprecia
en un documental de RTVE que fue presentado ayer y que muestra cómo fue la
salida del museo en un camión de transporte especializado. En pantalla, el
personal del MAN relata cómo vivió el traslado, con mucha emoción, porque era
un momento histórico y porque todos intuían la inmensa cantidad de información
que saldría de aquel proyecto.
En el documental,
vemos pasar el vehículo por delante de la Puerta de Alcalá y cómo, cargado con
las momias, cruza muy lentamente por Cibeles y la Gran Vía, a esas horas de
aquel domingo sin apenas tráfico. Y luego la salida de la capital en dirección
al hospital. Fue un traslado tranquilo, una escapada perfecta para aquellos
pasajeros tan singulares. Hasta urgencias.
La escena tenía
muchos contrastes: la momia de Nespamedu, quien fuera médico de un faraón
-además de sacerdote del dios Imhotep- acudía desde el Museo Arqueológico
Nacional (MAN) a un hospital en pleno siglo XXI a hacerse un TAC (tomografía
axial computarizada) de última generación.
A sus 55 años
eternos, ya no tenía cura, es evidente, pero guardaba algunos secretos. Los
médicos del hospital recibieron a su antiguo colega con respeto y curiosidad.
Gracias a la más avanzada máquina de diagnóstico por la imagen, la momia de
Nespamedu se sometió al escrutinio de los rayos y el software capaz de despegar
las capas de misterio y de tiempo que le acompañaron en el reino de los
muertos. También fueron estudiadas con los mismos métodos no invasivos las
momias de dos mujeres egipcias y un hombre guanche.
Ritos desconocidos
Los resultados son
espectaculares, tal y como reconoce Carmen Pérez Die, egiptóloga del MAN, donde
ayer se presentó el documental«La historia secreta de las momias: la momia
dorada», producido por RTVE y dirigido por Regis Francisco López. Rodado entre
Madrid, Luxor y El Cairo, es una notable obra de divulgación de este proyecto
científico en el que han participado decenas de personas, médicos, egiptólogos,
historiadores y forenses, y que ha sido capaz no solo de «resucitar» el rostro
que Nespamedu tenía en el tiempo en que vivió, la era ptolemaica, sino algunos
detalles sobre el proceso de embalsamamiento totalmente desconocidos hasta hoy.
Los doctores han
encontrado muchas pistas sobre del historial médico y nutricional de las
momias, al estudiar los huesos y los dientes que, por ejemplo, registraban
abrasiones debidas seguramente a una dieta en la que era frecuente encontrar
arena en las verduras y frutas, entre otros motivos.
En cuanto al estudio
cultural de la momia, Carmen Pérez Die explica que desde el primer momento
detectaron en el escáner unos objetos en la frente y el cuello que resultaron
ser amuletos, adheridos a la primera capa del vendaje, muy cerca de la piel.
70 días de momificación
El proceso de
momificación más «lujoso», solo al alcance de los poderosos, como era
Nespamedu, duraba 70 días y comenzaba con el vaciado de las vísceras que se
embalsamaban en los vasos canopos y el largo tratamiento del cadáver, durante
40 días en natrón, la sal mineral que deshidrataba los tejidos. Después era
envuelto con resinas y aceites aromáticos. En el final del proceso y en algunos
momentos importantes, el sacerdote se ponía la máscara de Anubis. Al cumplirse
el día 70, la momia se introducía en el ataúd.
Los médicos de la
clínica Quirónsalud tuvieron que esforzarse para contrastar unas débiles imágenes
en las que se apreciaban unas manchas que luego fueron los amuletos hallados en
el cuerpo de Nespamedu. Casi no se apreciaban porque son de cartón y parecen
realizados por el mismo artesano que decoró los cartonajes dorados del exterior
de la momia. Hasta los dibujos coinciden. Se trata de una diadema que
representa el escarabeo alado, Jepri, símbolo de eternidad. También un collar
«Usej», pulseras y brazaletes como símbolos de poder. Y sandalias, para caminar
por la eternidad.
De los 15 amuletos,
dos estában en las piernas y el resto rodeando el cuerpo. Son dos «Udjat», ojos
de Horus, y también dos juegos de sus cuatro hijos: Amset (humano), Hapi
(babuino), Duamutef (chacal) y Kebeshenuef (halcón), que son los guardianes de
las vísceras embalsamadas en los vasos canopos. Se suman los amuletos que
representan a Isis y Neftis, las plañideras, esposa y hermana de Osiris. Y para
terminar la colección, Thot, el dios sanador del ojo de Horus y escriba y
medidor del tiempo.
La eternidad
El cuerpo del faraón
representaba a Egipto, sus dolencias tenían consecuencias en el reino.
Nespamedu estudió largos años en el Asclepeión de Sakkara antes de convertirse
en el médico del monarca. Y cuando murió, soñando con lograr la eternidad, fue
embalsamado en ese rito que duraba 70 días. Durante siglos, la eternidad no era
más que ese sueño para él. Pero ahora, gracias a la investigación del escáner y
la publicación de los resultados, su historia ha sido completada, sus últimos
secretos desvelados.
La eternidad conoce
tu nombre, Nespamedu, era esto.
https://www.abc.es/cultura/abci-ultimos-secretos-momia-nespamedu-medico-faraon-201802230201_noticia.html
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