Tras el éxito de 'El Camino' (cuatro Grammies en
2013), que hizo de este dúo de blues-rock un fenómeno 'llenaestadios', este
lunes llega su esperado nuevo disco, 'Turn blue'.
Auerbach, en el concierto de The Black Keys en el
Palacio de los Deportes de Madrid, en otoño de 2012. G. ARROYO
DARÍO PRIETO Madrid
Junto con el batería Patrick Corney, Dan Auerbach
conforma The Black Keys, el grupo del momento. El guitarrista y
cantante explica desde Nashville los entresijos de 'Turn blue',
su atmosférico nuevo álbum, en el que se pueden rastrear las heridas de su
reciente divorcio, como sucede en el último lanzamiento de Coldplay.
¿Cómo llevan la expectación por este nuevo disco?
Nuestra actitud es que no tenemos
por qué formar parte de ningún frenesí ni dejar que nos venza la presión.
El hecho de haber conocido el éxito con el séptimo disco, ¿les ha venido bien
o mal?
Probablemente nos ha ayudado. No me
puedo imaginar triunfando desde el comienzo, tal y como le ha pasado a tantos
otros grupos, saliendo desde jovencitos en las portadas de las revistas,
recibiendo llamadas para tocar aquí y allá... Que es precisamente lo que nos
está pasando ahora. Por eso nos ha venido bien que nuestro ascenso haya sido
tan gradual, porque no es ese tipo de cosas que tú puedas hacer que sucedan,
sino que ocurren por sí mismas.
¿De dónde viene este giro psicodélico y nocturno que han experimentado en
'Turn blue'?Cuando lo estábamos grabando,
llegábamos cada día al estudio con las manos vacías. No teníamos demos, así que
improvisábamos. Ni siquiera hablábamos de lo que estábamos haciendo, no había
una intención de hacer nada específico o distinto de lo anterior. Lo de los
sonidos espaciales y 'colocados' fue algo que surgió por el camino. Nuestro
único objetivo era sacar canciones, tan sencillo como eso.
Y aparte de eso, ¿alguna circunstancia externa que influyese en el proceso?El lugar en el que estás en un
determinado momento de tu vida tiene un gran efecto en la música que produces.
Es decir, cómo trabajas, quién te influye, en qué piensas... Muchos factores.
¿Cómo se compatibiliza una formación tan básica (batería y guitarra/voz)
con un acabado sonoro a lo grande como el de este álbum?
La clave está en grabar en directo
los 'cimientos' del sonido, de tal forma que haya una actuación en vivo que
puedas oír, que haya un sonido 'real'. Por otra parte, nunca tratamos de hacer
canciones que sean pelotazos. Cuando intentas componer 'hits', acabas sonando
como si intentases componer 'hits'. Puedes 'olerlo'. Así que no queremos hacer
un disco sólo para vender discos. Lo hacemos porque nos sigue gustando tocar
música.
¿Qué tiene que ver la portada y su efecto lisérgico con el título del
disco?
Es un juego con la expresión 'Turn
blue', ponerse azul, entristecerse. Un juego visual con la portada del disco y
también un homenaje a Ghoulardi, una figura de culto en nuestro Ohio natal, un
personaje que en realidad era el padre del director Paul Thomas Anderson y que
tenía programas de terror en radio y televisión. "Turn blue" era una
de sus expresiones habituales y la rueda giratoria de la portada está sacada de
su 'atrezzo'.
Usted es un reputado productor para otros músicos (Dr. John, Lana del Rey).
¿Por qué recurrir a Danger Mouse (Brian Joseph Burton, de Gnarls Barkley y
Broken Bells) para coproducir este álbum?
Es divertido, porque somos amigos.
Nos lo pasamos realmente bien en el estudio y Brian es una persona en la que
confiamos y cuya opinión es realmente importante para nosotros. En realidad,
hay poquísima gente de la que nos fiemos tanto. Cuando estamos en el estudio,
la voz de cada uno de los tres es igual, la de Patrick, la de Brian y la mía.
La responsabilidad está equitativamente dividida y ninguno está por encima de
los demás.
Se podría decir que 'Lonely boy', la canción y, sobre todo, el videoclip,
fueron el comienzo de la pasión general por Black Keys. ¿Cómo lo recuerdan?
'Lonely boy' fue muy grande para
nosotros, porque nunca habíamos conseguido nada que se pareciese a un hit y
éste lo fue. Las cosas cambiaron y empezamos a tocar en sitios cada vez más
grandes. Nos pilló por sorpresa. Y justo cuando estábamos empezando a
asimilarlo, la canción creció todavía más y las cosas nos fueron todavía mejor.
Es difícil de describir y, definitivamente, aquello sería muy difícil de
repetir.
Sus discos siempre ha mantenido un cierto equilibrio entre la música negra
y la de tradición blanca. ¿Cómo viven este cruce?
La convergencia entre la música
negra y la blanca da como resultado la música de EEUU. No se puede decir que
haya música negra y música blanca, porque es todo lo mismo. Por ejemplo, Otis
Redding o el resto de los discos de la Stax: la mitad de los músicos eran
blancos. Y de ahí se puede seguir por todo el 'soul'. Es verdad que el primer
'blues' era negro; sin embargo, cuando los blancos empezaron a cantar esas
canciones, a pesar de su contexto social diferente y el significado distinto
que le daban los 'hillbillies', era esencialmente lo mismo, las mismas
canciones de la misma tradición y con las mismas influencias. Y eso es lo que
hace tan hermosa la música de este país. Aquí cabe la herencia de la Europa
occidental y su folk con los ritmos africanos y su 'blue note'.
La música de los inmigrantes.
Por eso, en todas partes del mundo,
la gente se vuelve loca con la música de raíces estadounidense, porque viene de
un periodo especial en el que se alumbró algo único. De hecho, para mí es el
comienzo de la experimentación sonora, y además, de una manera 'forzada'. Ahora
todo el mundo experimenta y es guay probar suerte con diferentes sonidos y
estilos. Entonces nadie 'experimentaba' y cada uno se ceñía a su tradición
musical. Pero debido a que estas personas de diferentes razas fueron empujadas
a vivir en el mismo espacio en el mismo tiempo, se les obligó a tantearse, a
explorarse mutuamente.
¿Qué poder cree que tiene la música?
Creo que puede cambiar el mundo.
Puede transmitir amor y esperanza. Y haciéndolo, consigue que éste sea un lugar
mejor. Ése será el poder eterno del arte, el de hablarle a tu 'yo' superior.
Al menos en España, su público es muy heterogéneo. ¿Cómo lo definiría
usted?
Me encanta que sea así. Antes
hablaba de estar entre los cabezas de cartel de los festivales y de salir en
las portadas de las revistas. Pues bien, el resto de grupos que están ahí
tienen un público que parece una misma persona. Y eso no es la realidad. En
nuestro caso, sólo queremos que nos siga la gente a la que les gustamos. No
queremos que se comporten como nosotros ni que se vistan de acuerdo a nuestro
estilo. Sólo que disfruten de la música y compartan su experiencia con
nosotros. No intentamos ser nadie más que nosotros mismos, gente corriente,
nada de 'rockstars'.
¿Cómo será la gira que les traerá al festival BBK Live de Bilbao?
La puesta en escena será muy similar a la de la anterior gira. No nos
gustan los fuegos artificiales y todas esas mierdas. Sólo tocar música y nada
más.
http://www.elmundo.es/cultura/2014/05/12/536ff2a2e2704ea7458b4574.html
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