La antigua fábrica de
tabacos será la sede del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo. / GARCÍA-SANTOS
La ciudad de Málaga (568.479 habitantes) sigue
empeñada en convertirse en un insólito e inesperado escaparate del arte. Es uno
de los principales propósitos del alcalde, Francisco de la Torre, del PP, con
aciertos y tropiezos en este ámbito, pero capaz de atraer dos importantes
marcas museísticas de Europa en apenas seis meses. En noviembre de 2013,
anunció la apertura en la capital de la Costa del Sol de una sede del
prestigioso Centro Georges
Pompidou, la primera fuera de Francia, y ayer hizo público un
principio de acuerdo para instalar en el edificio de la antigua Tabacalera una
delegación del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, un espacio con 119
años de historia dedicado íntegramente al arte de este país. Se sumarán, una
vez en marcha, a los museos Carmen Thyssen y Picasso Málaga (en este caso
puesto en pie por la Junta de Andalucía) y al Centro de Arte Contemporáneo
(CAC), muy reconocido por los artistas que ha cobijado. A todo ello se une la
reapertura a finales de 2015 del Museo de Málaga (con los fondos del Bellas
Artes y del Arqueológico) tras 17 años cerrado.
Los términos económicos del pacto alcanzado con
los máximos responsables del centro (la reunión se celebró en la ciudad rusa
con Vladímir Gusev y Evgenia Petrova), el primero de estas características con
una ciudad española, no fueron desvelados por el Ayuntamiento. Sí se conoce que
el acuerdo, inicialmente por una década, estipula la cesión de alrededor de un
centenar de piezas datadas entre los siglos XV y XX para la colección
permanente, que irá renovándose, además de dos muestras temporales al año.
El discurso expositivo girará en torno a cinco
secciones: iconos, retratos, paisajes, pintura de género y vanguardia y
revolución. Un equipo trabaja ya en la selección de las obras. Podrán
contemplarse desde los iconos de inspiración bizantina hasta el realismo
socialista de la era soviética. Entre otros, algunos de los artistas elegidos
son Alexeia Venetsianov, Isaac Levitan, Olga Rozanova, Kandinski y Valentín
Serov.
La inminente llegada a la Costa del Sol del Museo
Estatal Ruso, que dispone en sus fondos de más de 500.000 objetos artísticos
fechados desde el siglo X hasta la actualidad, coincide con la reactivación en
las últimas semanas de los trabajos para poner en marcha el Pompidou de Málaga
a principios de 2015. Si no hay sorpresas, los dos espacios podrían abrir casi
simultáneamente.
En el caso del museo francés (el acuerdo es por un
lustro), el Ayuntamiento pagará un canon anual de un millón de euros y además
de la exposición permanente se ha cerrado la exhibición de una muestra temporal
al año. Las obras para acondicionar el Cubo ubicado en la esquina de los
muelles 1 y 2 del Puerto de Málaga se han licitado por 5,1 millones de euros y
tienen un plazo de ejecución de seis meses.
Hasta aquí, lo próximo. Porque Málaga ya cuenta
con dos marcas museísticas de renombre. La Junta de Andalucía inauguró hace
algo más de una década el Museo Picasso Málaga (MPM), una de las dos
pinacotecas dedicadas al pintor malagueño en su ciudad natal. La otra es la
Fundación Picasso Museo Casa Natal, de gestión municipal. También lo es el
Museo Carmen Thyssen, consagrado a la pintura española del siglo XIX y abierto
hace tres años como extensión del madrileño.
Completa el catálogo en la capital malagueña el
Centro de Arte Contemporáneo (CAC), que actualmente expone la obra de la serbia
Marina Abramovic. En sus salas han expuesto, en su década de existencia, Tracey
Emin, Santiago Sierra, Ron Mueck y los británicos Gilbert & George, entre
otros muchos.
Con la apertura del Museo Estatal Ruso, que
ocupará una superficie de 7.300 metros, el alcalde se quita una espina y avanza
en su objetivo de llenar de contenido parte del espacio vacío que hay en la
antigua fábrica de tabacos, posiblemente el plan que más se le resiste. Además
de dependencias municipales, actualmente alberga el Museo del Automóvil. El
gran fiasco se
produjo con el fallido complejo Art Natura, que incluía el
Museo de las Gemas y el de Ciencias de la Naturaleza. El proyecto se quedó en
nada tras una inversión superior a 25 millones de euros y el asunto se cerró
con litigio con la adjudicataria (Royal Collections).
El anuncio de llegada del arte ruso a Tabacalera
se produce, además, sólo unos días después de un nuevo fracaso para este
espacio. El concurso público para buscar interesados en la gestión de un centro
internacional digital, que busca ser referente en el país, ha quedado desierto.
El Ayuntamiento no tira la toalla y ha anunciado un procedimiento negociado
para intentar captar inversores.
El alcalde de Málaga, el popular Francisco de la
Torre, aún no ha desvelado si se presentará en las próximas elecciones
municipales de mayo de 2015. Con 72 años, insiste una y otra vez en que tomará
la decisión en verano, pero todo indica que intentará renovar de nuevo su
mayoría absoluta. Nadie dudaba ya de que su proyecto estrella, en caso de que
dé el paso, será el Centro Pompidou de Málaga, cuyos trámites se han acelerado
y puede abrir al público antes de la cita electoral.
El empujón a este proyecto ha sido tal que el
Ayuntamiento ha decidido embarcarse en solitario pese a que intentó buscar un
socio privado para financiar las obras de adaptación del Cubo.
Fue otro museo, el Carmen Thyssen, el que le
sirvió de carta de presentación al alcalde en las municipales de 2011. El
espacio se inauguró a finales de marzo de ese año, apenas dos meses antes de la
cita con las urnas. Cuatro años antes se presentó con el aval de la
remodelación del Parque de Málaga, uno de los espacios más señeros de la ciudad,
y en 2003, con la peatonalización de la céntrica calle Larios. De la Torre
accedió a la Alcaldía de Málaga en el año 2000 en sustitución de Celia
Villalobos, y desde entonces ha logrado tres mayorías absolutas.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/05/27/andalucia/1401185714_486619.html
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