La historia de París, más a través de sus
gentes que de sus monumentos, "fluye como una frase" en una obra que
revisa aproximadamente sus últimos 80 años
FOTO Robert Capa
REPÚBLICA/EFE | PARÍS
La historia
de París, más a través de sus gentes que de sus monumentos,
"fluye como una frase" en una obra que revisa aproximadamente sus
últimos 80 años a través de los fondos de la agencia Magnum, con firmas tan
importantes como las de Henry Cartier-Bresson o Robert Capa. "París.
Magnum" (editorial La Fábrica) se estructura en episodios
cronológicos que arrancan en 1932, antes del nacimiento mismo de esta célebre
agencia fotográfica (que tuvo lugar en 1947), en una etapa tan trascendente
como la de la II Guerra Mundial, y llegan hasta 2014.
Explica Harry Gruyaert, veterano de
Magnum y supervisor del proyecto, que “lo importante en esta profesión es decir
cosas”. Por ello se intentó construir un relato con más de 400 imágenes,
seleccionadas tras confrontar las más de 600.000 piezas posibles y elegir no
necesariamente las más icónicas, pero sí las más “fuertes” y las que dialogaban
entre sí.
No es de extrañar por tanto la
atención puesta en episodios históricos, pero también en desfiles
de moda o clubes de jazz “underground”, en el metro o en los típicos
cafés al aire libre, en la Torre Eiffel y en unas baguettes crujientes.
Los años de la pobreza posterior al
conflicto internacional anteceden a los años pop, los de la minifalda y la
“nouvelle vague”, a 1968 y su emblemático mes de mayo. Esos a su vez dejan su
poso revolucionario antes de alcanzar los ochenta, los de la construcción de la
pirámide del Louvre, y, más tarde, los de la expansión de la periferia y el
aumento de la inmigración.
“Todo cambia todo el tiempo, solo
los monumentos permanecen, y a veces estos también son demolidos”, ratifica
Gruyaert, razón por la que este volumen se centra más en los parisinos, los de
ida y los de vuelta, los anónimos y los mayúsculos, de Picasso a Jean-Paul
Satre, de Edith Piaf a Serge Gainsbourg.
El criterio periodístico que
caracteriza a la agencia se deja sentir en el carácter de estas instantáneas y
también en el predominio del blanco y negro, el cual, según el entrevistado,
permite reparar más “en la evolución social y política” de París.
La capital francesa fue, en los
años setenta, uno de sus primeros destinos profesionales de Gruyaert, belga de
nacimiento y galardonado con el premio Kodak. “Junto con Nueva York, era la
ciudad donde entonces ocurría todo lo que era importante para la fotografía y,
por lo tanto, el mejor lugar para aprender”, recuerda.
Las cosas han cambiado en los
últimos años, una época de imágenes más instantáneas y efímeras, en los que la
globalización ha traído “ciudades más iguales, más planas”.
Frente a eso, este captador de
momentos que ha trabajado en lugares como Marruecos, India o Egipto, defiende
la labor profesional de su sector, un tanto “intuitiva” y nutrida por constante
“ir y venir entre el entorno y el fotógrafo”.
“Yo siempre digo que soy fotógrafo,
no artista. Depende del ojo ajeno el percibir el carácter artístico en una
imagen”, argumenta Gruyaert, sentado frente a una obra colosal, armada con el
fruto de tantas visiones diferentes, todas notables, sobre lo que era
noticiable o característico, entre ellos, Martin Parr, David Seymour, Inge
Morath, Abbas, Guy Le Querrec o Raymond Depardon.
http://www.republica.com/2014/11/27/la-historia-de-paris-en-80-fotografias-de-la-agencia-magnum_853725/
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