'Solo con el viento, el tiempo y el
sonido', de Anselm Kiefer en la exposición 'El arte de nuestro tiempo. Obras
maestras en las colecciones Guggenheim'. / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA
Al igual que
en la exposición inaugural, en octubre de 1997, el Museo Guggenheim Bilbao dedica
todos sus espacios a obras de los fondos propios de los museos de la red
Guggenheim. El arte de nuestro tiempo. Obras maestras de las
colecciones Guggenheim ocupa desde este miércoles las tres plantas del
edificio con más de un centenar de obras para conmemorar el 20º
aniversario de la firma del acuerdo de gestión entre las
instituciones vascas y la Fundación Solomon R, Guggenheim que ha regulado el
funcionamiento del museo.
A las obras de la fundación Guggenheim de Nueva York y las adquiridas por
el museo de Bilbao, se ha incorporado una pieza del artista africamo Al
Anatsui, cedida por el Guggenheim de
Abu Dabi, la última incorporación a la galaxia Guggenheim. El
arte de nuestro tiempo busca evocar la presentación de obras propias
que constituyeron la exposición inaugural, con la suma de las aportaciones de
los últimos años. En palabras del director de la Solomon R. Guggenheim, Richard
Armstrong, se trata de "compartir tesoros". "La historia que
cuenta la exposición es la de colecciones que se complementan", ha dicho.
La selección de obras se ha ordenado cronológicamente a partir de las que
muestran la presencia de los artistas de las vanguardias históricas en los
fondos de la Fundación Guggeneheim. Han vuelto a las salas del Guggenheim
Bilbao los kandinsky y las obras de Marc Chagall, Giacometti, Modigliani, Léger y Delaunay que
en 1997 brillaron en la presentación de los fondos que la fundación de Nueva
York prestaba a su socio en el País Vasco como carta de presentación.
'Cápsula flamenco', de James Rosenquist. / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA
Junto a las obras de las vanguardias se presentan en
la tercera planta del museo las pinturas que se han considerado "los
orígenes de las colecciones", en unas salas que fueron abiertas al público
el pasado septiembre. En ellas se muestran otras piezas que identifican las
colecciones Guggenheim, como los ejemplos del expresionismo abstracto de Jackson Pollock, o el
cuadro de grandes campos de color en amarillo y naranja de Mark Rothko, pintado en
1952-1953, que marca el arranque cronológico de los fondos adquiridos por el
Guggenheim Bilbao.
Las otras dos plantas recorren desde mediados del siglo XX hasta las
compras más recientes de las colecciones Guggenheim. La selección recoge a viejos conocidos
del Guggenheim Bilbao. Barcaza, de Robert Rauschenberg, se
enfrenta en la misma sala a la colección de lienzos de su amigo Cy Twombly que
componen Nueve discursos sobre Cómodo. Las aproximaciones al pop
art han llegado a los fondos del Guggenheim Bilbao con las piezas de Andy Warhol, James Rosenquist, Larry Rivers y Roy Lichtenstein y
regresan a las salas de exposiciones parte de los cuadros del neoexpresionista
alemánAnselm Kiefer, la
instalación de Joseph Beuys Rayo
iluminando un venado - completada en 1985, un año antes de su
fallecimiento- o la colección de pinturas de Georg Baselitz La
señora Lenin y el Ruiseñor, que como es habitual en el artista están
colgadas boca abajo.
Las adquisiciones del Guggenheim Bilbao siguen en el recorrido con la sala
dedicada a las fotografías de Christian Boltanski, y lasSonrisas, de Alez Katz, una serie de 11
retratos de mujer.
Las
instalaciones de Txomin Badiola, Cristina Iglesias y Mona Hatoum que
aporta la colección de Bilbao se presentan con las últimas adquisiciones de la
fundación de Nueva York, que amplían los límites geográficos de las colecciones
Guggenheim a África y Asia. "Refleja el interés creciente por la
producción artística a escala global", defienden los organizadores.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/22/paisvasco/1413991176_783932.html
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