ARQUEOLOGÍAEl 40% de los restos mortales proceden de Gales
CARLOS FRESNEDA
Corresponsal Londres
Monumento megalítico
prehistórico de Stonehenge. EL MUNDO
El 40% de los restos mortales hallados en el templo neolítico de la
campiña inglesa proceden de Gales
¿Quiénes fueron las 58 personas enterradas bajo el templo de
Stonehenge? ¿Eran nativos de lo que hoy conocemos como Wiltshire, en el sur de
Inglaterra? ¿O llegaron acaso del lejano de oeste de Gales, de las Montañas de
Preseli, de donde proceden también las "piedras azules" usadas en la
primera fase de construcción del emblemático monumento del neolítico?Un siglo
después del hallazgo de los restos mortales, fechados entre los años 3.180 y
2.380 antes de Cristo, la ciencia parece haber encontrado finalmente la
respuesta. Hasta el 40% de los restos mortales podrían proceder de personas
nativas de la punta oeste de Gales, en el actual condado de Pembrokeshire. Los
restos pudieron haber sido cremados, desenterrados y trasladados -junto a las
piedras originales del monumento- por los "inmigrantes" del neolítico
que recorrieron la nada depreciable distancia de 240 kilómetros.A esa
conclusión ha llegado un grupo de científicos de la Universidad de Oxford que
ha utilizado las últimas técnicas arqueológicas -de la datación con
radiocarbono al análisis comparativo de la composición de isótopos de
estroncio- para determinar el probable origen de las personas enterradas,
aunque sus restos fueran cremados a altas temperaturas hace 5.000 años.
La investigación, publicada en Scientific Reports, ha provocado
ríos de tinta en las islas británicas, ante la nueva evidencia que corrobora el
origen galés del más legendario de los monumentos ingleses."Ser enterrado
en Stonehenge debió ser el equivalente en su día a ser enterrado en la Abadía
de Westminster", recalca el profesor Rick Schulting, uno de los autores de
la investigación. "Los restos hallados bajo el templo pertenecieron probablemente
a gente importante. Y la evidencia nos dice ahora que varias de esas personas
pasaron gran parte de sus 10 últimos años en Gales"."Aunque tendemos
a creer que la inmigración es una cosa nueva, esta gente fue obviamente capaz
de recorrer unas distancias sustanciales y por un terreno difícil en pleno
neolítico", apunta Shulting, que cede el testigo al auténtico artífice del
descubrimiento: el investigador belga de Christophe Snoeck, que pasó por Oxford
antes de recalar en la Vrije Universiteit de Bruselas, donde está considerado
como el máximo experto en la geoquímica aplicada a la
arqueología."Nuestros resultados son los primeros en proporcionar
evidencia directa sobre el origen de los enterrados en el Stonehenge",
asegura Snoeck, cuyo mérito estriba precisamente en haber logrado descifrar la
información contenida en "fragmentos poco prometedores de huesos
quemados" hace miles de años."Hemos descubierto que alguna
información biológica es capaz de sobrevivir a las altas de temperaturas (hasta
1.000 grados centígrados) y que el calor puede incluso sellar la señal química
de origen", advierte Snoeck. "Esto nos ofrece una gran oportunidad
para poder estudiar finalmente el origen de las personas enterradas en
Stonehenge".El estudio se centró de hecho en 25 de los 58 restos mortales
encontrados bajo el templo. El análisis de los isótopos de estroncio de los
fragmentos óseos quemados (contrastado con las características del terreno)
permitieron llegar a la conclusión de 15 de los restos son efectivamente
"locales", de lo que también se conoce como la Planicie de Salisbury,
en el suroeste de Inglaterra.El estroncio es un elemento muy presente en los
lechos de roca y muy variable de una región a otra. Cada zona geográfica tiene
de hecho su propia "huella de estroncio", que puede traspasarse a los
restos humanos cuando son enterrados. Los investigadores llegaron a la
conclusión de que la huella isotópica de los otros 10 restos mortales es
similiar a la encontrada en el suroeste de Gales, a unos 240 kilómetros.De allí
procederían también las misteriosas (y aparatosas) piedras azules, de modo que
el origen galés del monumento parece de sobra probado. No el vano, fue el
propio William Hawley -el coronel que dirigió las excavaciones en el templo en
torno a 1920- fue el primero en apuntar la teoría, al descubrir que algunos
restos mortales se almacenaron en bolsas de cuero: "Aparentemente, pueden
haber sido traídos de un lugar distante para el entierro".
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/08/03/5b63d914468aebcf7a8b459c.html
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