MATÍAS G. REBOLLEDO
Santander
Héctor Alterio, a sus 88
años, interpretando los poemas en el Campus de Las Llamas de la UIMP ESTEBAN
COBO
A sus 88 años, el actor
argentino interpretó en el Campus de Las llamas de la UIMP la obra 'Como hace
3000 años', que se inspira en "el poder de convocatoria de los escritores
clásicos"
"Una de mis fantasías
es que la pasión por la poesía vuelva a resurgir", decía Héctor Alterio
(Buenos Aires, 1929) antes de subirse al escenario de Las llamas, en Santander.
En el marco de las actividades de verano que organiza la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo, el veterano actor argentino es el protagonista
absoluto de Como hace 3000 años. La pieza, que según los organizadores está
inspirada en "el poder de convocatoria de los escritores clásicos",
parte de una premisa tan sobria como elegante: acompañado por la guitarra de
José Luis Merlín, el actor de El último tren o El hijo de la novia recita
diversos poemas huyendo de la entonación habitual, que se centra en la métrica,
para poner el foco en la interpretación misma del significado poético.
"Más que recitar, es interpretar un texto lírico como si fuera un
guion", afirmó.El repertorio del espectáculo es un auténtico desfile de
"grandes éxitos" y poemas conocidos por el gran público. Así, por las
tablas del recinto cántabro sonaron ecos de Pablo Neruda y Antonio Esteban
Agüero, pero con una especial dedicación a la obra de León Felipe. Rara avis de
la Generación del 27, Alterio lo confiesa su poeta favorito, "aunque digan
que fue maldito", añade. Los reproches a la humanidad de Felipe, quien
escribió que "un día todos sabemos hacer justicia", vuelven a la vida
con el acento argentino del veterano intérprete, que parece dotarlos de una
violencia vehemente nunca imaginada por el poeta zamorano.Pese a que requiere
de ayuda para subir al escenario, las casi siete décadas de carrera de Alterio
no hacen mella en su interpretación, que se tornó enérgica en el espacio
abierto del Campus de Las llamas. Ni siquiera el ruido lejano de pirotecnia que
turbó la paz escénica durante algunos minutos alteró al argentino, que capeó
las circunstancias con humor: "¡Hasta cohetes nos tiran!", dijo con
sorna. Después de casi diez años girando con su espectáculo, interrumpido por
las obras puntuales en las que no aparece ya desde 2015, Alterio siente que
ahora es cuando es más "dueño" de sí mismo es y que la magia de la
escena está se basa en que se siente vivo, "permanentemente sintiendo las
reacciones del público que posibilitan actuaciones distintas cada noche".
Alejado cada vez más del foco mediático, el actor recuerda con cariño su primer
viaje a nuestro país, del que, dice, "parece mentira que hayan pasado ya
43 años". Pese al humor que se desprende de sus palabras, el episodio que
lo trajo a San Sebastián poco tiene de gracioso: nada más pisar España para
acudir al festival de la ciudad vasca, recibió un aviso de su esposa
alertándole de las intenciones del grupo parapolicial fascista Triple A, que le
amenazaba de muerte. Con una puesta en escena más bien simple, Como hace 3000
años reivindica la figura del rapsoda clásico. "Al modo de Homero",
introduce el show Alterio, la hora larga de revisión poética comienza con el
Preludio cantable, de Agüero, una exposición concisa de la tesis principal del
show: "De nuevo, nuevamente, como hace tres mil años, cuando Homero
soltaba mariposas, pájaros, dioses, arqueros y barcos/en medio de las plazas,
al borde de los patios, sobre azoteas claras, en ciudades de muros herrumbrados
y la gente -marineros, campesinos, soldados- disputaba lugares para oírle, regresemos
al canto".Aunque reconoce que hay recuerdos que se le van
"desdibujando", parece que hay Héctor Alterio para rato: su
espectáculo seguirá de gira por todo el norte de la Península, con múltiples
fechas en Asturias y País Vasco. "La primera vez", concluye Alterio
su relato biográfico y teatral, "me encontraba haciendo un trabajo que no
sabía ni qué era ni qué tenía que hacer, sabía que había público, hice un
desastre y me acuerdo que pasé mucha vergüenza. Lo tengo un poco borrado, pero
fue inolvidable, desde luego". Y deja una promesa a modo de confesión: "Hoy, igual que en el pasado, sigo
pensando que voy a terminar mi vida haciendo teatro".
http://www.elmundo.es/cultura/teatro/2018/08/08/5b6a9b55268e3e644f8b4570.html
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