ISABEL F. LANTIGUA
El Templo de Debod,
iluminado por la noche. ALFREDO MERINO
A los habituales carteles
de «cerrado por vacaciones» que cuelgan durante el mes de agosto en comercios y
locales de hostelería, este verano, por tercer año consecutivo, hay que sumar
otro en una de las atracciones turísticas de la capital: el de «cerrado por
problemas técnicos» del Templo de Debod, que no admite visitas. Ésa es la
explicación que consta en la página web del Ayuntamiento de Madrid sobre el
edificio. En realidad, el problema es la climatización del Templo, que no acaba
de arreglarse. Desde 2016, este templo que Egipto le regaló a España en 1968,
ha encadenado multitud de cierres por problemas de temperatura. Ese año, el
Gobierno municipal de Ahora Madrid ya comprometió una partida presupuestaria de
200.000 euros para las cuentas de 2017, destinada a subsanar el problema, pero
el conflicto que el Ayuntamiento, liderado por la alcaldesa, Manuela Carmena,
mantuvo con el Ministerio de Hacienda por haber incumplido sistemáticamente la
regla de gasto impidió que la pudiera ejecutar a tiempo. La partida, incluida
en las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS), fue una de las que retuvo
el departamento del ministro deHacienda por aquel entonces, Cristóbal Montoro,
ante la «desobediencia» del equipo del Palacio de Cibeles.Un retraso que en
Ahora Madrid no esperaban. Pero el caso es que una vez zanjada la polémica económica
con el Gobierno central, tampoco retomaron el asunto en los plazos
establecidos. El Consistorio preveía empezar las obras de climatización del
Templo de Debod el pasado mes de marzo y que estuvieran listas para este
verano, pero no fue hasta el 11 de junio, según confirman fuentes municipales,
cuando se comenzó a subsanar la incidencia, por lo que el tiempo se ha echado
encima y en estos meses de calor no se abrirá al público el emblemático
edificio.La propia alcaldesa indicó en la última comisión de Cultura, área de
la que es responsable, que la nueva reapertura, ya con la avería arreglada,
está prevista para febrero de 2019, aunque su equipo cree que quizás sea antes.
«Con estas obras se renueva el sistema de climatización averiado en 2011 y que
ha obligado a cierres temporales cuando las temperaturas eran extremas», indica
el Ayuntamiento, que heredó el problema cuando llegó a Cibeles. Además,
recuerdan que también «se está preparando una renovación de la
museografía».«Mala gestión»Sin embargo, Ciudadanos ve en el caso del Templo de
Debod «un ejemplo muy claro de cómo ha gestionado y gestiona Carmena nuestra
ciudad y nuestra cultura. Sus apriorismos ideológicos, las luchas internas, el
conflicto con Hacienda... han llevado a nuestra ciudad a la parálisis». Así lo
considera Sofía Miranda, edil de la formación naranja, que declara a ELMUNDO
que «el Templo de Debod ejemplifica a la perfección esa parálisis, ese no hacer
y esa ineficacia: abierto o cerrado de acuerdo a las condiciones climáticas».
Para Miranda, «nuestra cultura no puede estar supeditada al azar, al sino o al
ado». Y recalca que «no sólo es necesario saber gestionar, sino querer
gestionar y mejorar nuestra ciudad», pero, a su juicio, «desafortunadamente,
Ahora Madrid está más por sus controversias internas que por mejorar Madrid».
Los problemas por las clausuras temporales del Templo de Debod se remontan a
julio de 2016, cuando tuvo que cerrar sus puertas tras una protesta de CCOO por
las altas temperaturas que los trabajadores tenían que soportar en el interior.
En septiembre reabrió, pero no porque se hubiera arreglado algo, sino porque la
temperatura en Madrid bajó y permitió que, de nuevo, se pudiera estar dentro
del Templo. Los fallos de climatización volvieron a hacerse evidentes en diciembre
de ese mismo año, pues el edificio no sólo suspende la asignatura del calor,
sino también la del frío. Los empleados públicos deben trabajar en un rango de
temperaturas que se sitúen por encima de los 17 grados centígrados y por debajo
de los 27. Ambos extremos se superan en el Templo de Debod en distintas
épocas.A lo largo de 2017, la situación fue parecida. El edificio reabrió en
marzo, cerró en julio, volvió a dejar pasar visitantes en septiembre y les
prohibió de nuevo la entrada en diciembre. Y en éstas se llegó a 2018, donde
todo ha seguido igual, como si el Templo fuera el escenario de la película
'Atrapado en el tiempo'. «Rogamos disculpen las molestias», se excusa el
Consistorio en la web municipal.
http://www.elmundo.es/madrid/2018/08/03/5b633c1bca4741ce098b45c9.html
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