domingo, 21 de octubre de 2018

MUERTE DEL ÚLTIMO GLACIAR DE ESPAÑA


Los hielos de Monte Perdido retroceden a un ritmo acelerado y podrían desaparecer en tres décadas

NUÑO DOMÍNGUEZ
erca de la cumbre del Vignemale, una de las más altas de los Pirineos, hay unos enigmáticos boquetes en la roca abiertos con dinamita. Son la puerta a una época tan distinta de la actual que su historia parece mentira. En 1882 el conde Henry Russell tenía alquilada toda la montaña por el precio simbólico de un franco al año. Mandó que le construyeran siete cuevas desde las que contemplaba el atardecer en el glaciar de Ossoue y daba fiestas para sus amigos a más de 3.000 metros de altura. Los refugios se abrieron más o menos a ras de hielo para entrar caminando sin dificultades, pero cualquiera que lo intente hoy en día tendrá que trepar una pared de roca de varios metros. Es una de las pruebas más pintorescas de un fenómeno global: el retroceso de los glaciares de alta montaña.


De los Andes a los Alpes, del Himalaya a la Antártida, la inmensa mayoría de los glaciares de la Tierra se derriten a una velocidad sin precedentes desde que hay registros, un fenómeno relacionado con el cambio climático. El proceso es especialmente intenso en los Pirineos, donde el problema ya no es tanto el retroceso de los hielos, sino su extinción. Treinta y tres de los 52 glaciares que había en 1850 han desaparecido, la mayoría de ellos después de 1980. Desde la cima del Monte Perdido (3.335 metros) se divisa el cadáver más reciente: un precioso lago color turquesa que fue un pequeño glaciar hasta finales de los 90.
Ignacio López-Moreno es como un cirujano al que se le muere el paciente sin poder hacer nada para salvarlo. Hijo de un informático y un ama de casa, este geógrafo zaragozano es el único entre siete hermanos que se dedica a la ciencia. Desde 2011 su equipo del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) analiza con un detalle sin precedentes el glaciar de Monte Perdido, el más grande del Pirineo español junto al de Maladeta, y sin duda el mejor estudiado (el tercer gran glaciar pirenaico es el de Ossue que enamoró al conde Russell). Ninguna otra alta cordillera española alberga ya glaciares. Estos son los últimos de España.

“Estos glaciares, los más meridionales de Europa, están en unas condiciones muy límite, y todo apunta a que serán los primeros en desaparecer”, explica López-Moreno. Estudiarlos es “muy importante para ver cómo se comportan en estas fases finales, hasta qué punto se acelera o se puede ralentizar, y es un ejemplo para muchas otras montañas que dentro de pocas décadas se van a enfrentar a esta situación”, resalta el investigador minutos antes de saltar a un helicóptero junto a otros científicos del IPE para realizar la campaña de este año, a la que ha asistido EL PAÍS. Llevará apenas unos minutos completar una ascensión de unas siete horas a pie, inhumana con los cientos de kilos de equipo y comida que hay que llevar al campamento…………

https://elpais.com/elpais/2018/10/18/ciencia/1539878957_121736.html

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