"Es el mayor hallazgo de las
letras hispanas en los últimos años", declara Pere Gimferrer
'Tus pies toco en la sombra y otros
inéditos' será publicado en España en enero
GIULIO PIANTADOSI
ANTONIO LUCAS
Pocos poetas tan explorados y buceados como Pablo
Neruda(Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973). En su obra está, de algún
modo, el caudal de la poesía del siglo XX. O uno de los aleros de la poesía 'de
entonces'. Cada anotación suya se celebra como un hallazgo, cada firma
aparecida, cada línea mínima descubierta. Neruda es faro de costa de varias
generaciones de lectores y en su escritura colisionan misterios y entusiasmos
de gran tonelaje. Todo lo que sucede a su alrededor se convierte en fiesta, en
noticia, en asombro. Así sigue siendo 110 años después de su nacimiento. Y así
lo demuestra la expectación internacional ante uno de los más fastuosos
hallazgos de la galaxia 'nerudiana': 21 poemas inéditos queabarcan desde
1952 a 1973 y que la Fundación Pablo Neruda de Santiago de Chile
anunció el pasado mes de junio como si de un milagro se tratara. "Es el
mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años, un acontecimiento
literario de importancia universal", declara Pere Gimferrer. Tres meses
antes de hacer público el hallazgo, los poemas llegaron al despacho de la
agente literaria Carmen Balcells, que gestiona los derechos del Premio Nobel.
Miles de seguidores del poeta buscan por medio
mundo autógrafos, páginas con anotaciones, fetiches que tengan la huella de
Neruda. Cualquier rastro es joya. De ahí que la aparición de lo que ya es un
libro inédito suponga un suceso extraordinario que activa su leyenda y
su escritura. Los centenares de cajas que se conservan en la fundación que
acoge su legado se encuentran en una bóveda blindada con todas las medidas necesarias
de seguridad, control de temperatura y humedad. Y allí, en aquel fortín
inexpugnable, estaban repartidos las dos decenas de textos que nunca antes
habían sido fijados.
La aventura de este rescate comienza en junio de
2011. El director de la Biblioteca y Archivos de la fundación, Darío Oses,
capitaneó un equipo de expertos para elaborar un catálogo "lo más completo
posible de los manuscritos y mecanoscritos de Neruda", explica. "Fue
un excepcional viaje interior hacia su poesía". Y allí estaban. "Buscamos
una y otra vez esperando encontrarlos impresos en algunos de los muchos libros
de poemas del autor de 'La barcarola', pero era como si los hallados se
hubieran escondido mimetizándose entre las miles de hojas y
entre los cientos de miles de palabras para mantener invicta su condición de
inéditos", escribe Oses.
Una vez recuperado todo el material, lo que quedó
es un libro: 'Tus pies toco en la sombra y otros poemas inéditos', que el
pasado mes de noviembre Seix Barral editó en Chile y que el próximo 15
de enero estarán al alcance de los lectores españoles. EL MUNDO pudo
acceder a la primera edición chilena, que cuenta también (como tendrá la de
España), con un prólogo de Gimferrer. "Como toda obra inédita que se
publica póstumamente, el presente volumen ofrece algunas incógnitas no
resueltas que nada tienen que ver con datos intrínsecos a la redacción de cada
poema, sino con que el hecho de no ser dados a conocer por el propio Neruda nos
encara sólo a la redacción de la misma".
Pablo Neruda escribió algunos de sus poemas en
papeles sueltos, en programas de música y en las cartas de algunos
restaurantes.
Igual que el tiempo en que fueron escritos es
dilatado, los temas que en ellos trata el poeta son múltiples: el amor (seis
están 'dedicados' a su tercera mujer, Matilde Urutia), la naturaleza de Chile,
el presente y sus conflictos, los viajes, su propia biografía, los deberes del
poeta, los oficios del hombre... Un atlas nerudiano reconocible
en libros como 'Odas elementales', 'Memorial de Isla Negra', 'Las manos del
día' o 'La espada encendida'. De hecho algunos de los textos recuperados
podrían también ser descartes de estos títulos.
El poema más antiguo del conjunto es el único de
ellos que aparece en el original con título: A los andes. "Fechado en Los Guindos,
un 26 de abril, a las 12.30, no indica año pero podría situarse en 1952, cuando
Neruda regresa a Chile tras su exilio", sostiene Oses en las notas a la
edición. Es texto exalta el paisaje chileno y, a la vez, la
condición de regresado de Neruda y las condiciones anímicas que la visión de
aquellos Andes le genera. "Sin embargo/ este pueblo/ pica las erizadas/
soledades, navega las verticales olas/ y en la tarde/ toma/ su guitarra/ y
canta caminando/. Nunca/ se detuvo mi pueblo./ Yo sé de dónde viene / y dónde/
llegará alguna vez con mi guitarra".
Los poemas están escritos en menús de
restaurantes, en folios donde hay otros poemas, en hojas sueltas, en postales,
en cuadernos escolares de los años 50 y 60, en blocs de distintos formatos,
"en programas musicales de los barcos en los que viajaba", subraya
Oses... Muchos están escritos en tinta verde, el color fetiche del poeta para
sus textos. Otros a lápiz y los menos en tinta azul. Y todos con tachaduras y
arrepentimientos que permiten estudiar el itinerario que llevaba a Neruda desde
el borrador a la pieza definitiva.
"Esta singularidad hace que hayamos incluido
en la edición algunas muestras manuscritas", sostiene Oses. "Es
importante puntualizar queno son variaciones de otros poemas ya publicados,
sino que tienen existencia propia y que todos ellos se sitúan dentro de los
grandes temas de su poesía".
Este Neruda de aquí vive ya instalado en una de
las alturas de su madurez. Mantiene intacta su condición de poeta tectónico,
pero también ráfagas de hombre pensativo. Es más solitario. Más esencial a
veces. Más sabio. Pere Gimferrer señala el poema número cuatro como el más
importante del conjunto: "Mi amor, mi escondida, mi dura paloma, mi ramo
de/ noches, mi estrella de arena,/ la seguridad de tu estirpe de rosa bravía/
acude a las guerras de mi alma quemando en la altura la/ clara fogata/ y marcho
en la selva rodeado por elefantes heridos,/ resuena un clamor de tambores que
llaman mi voz en la lluvia". Un lago galope de versos que tienen algo de
aquel Neruda alucinatorio de 'Residencia en la Tierra'.
Tebía por costumbre escribir en sus momentos de
creación, al menos, dos poemas al día. Este es uno de los inéditos recuperados.
Es una de las piezas dedicadas a Matilde Urrutia,
quien se ocupó desde la muerte del poeta, el 3 de septiembre de 1973, a
custodiar y ordenar su ingente archivo, que consta de 4.500 documentos entre
poemas, cartas, discursos. Ella es la destinataria de los 'Cien sonetos de
amor'. Se casaron en 1966. "Estos poemas inéditos escaparon a las
revisiones de Matilde", sostiene Oses. "Ella fue la primera en
ordenar la colección y la primera que emprendió la búsqueda de inéditos o
publicados en periódicos difíciles de encontrar. A pesar del cuidado que puso
en este empeño, algunos textos siguieron manteniendo su condición de
desconocidos".
En Neruda todo era poesía. Y todo era material para el
poema. No se deshechaba nada. Cuando la Unión Soviética envía dos naves
pilotadas a orbitar alrededor de la Tierra, escribe: "Estos dos hombres
solos,/ estos primeros hombres/ allá arriba/ ¿qué llevaron consigo de
nosotros?". Eran los astronautas Adrián Nikoláiev y Pavel Popóvich. Su
expedición le había fascinado.
Hay en muchos momentos de este libro una bella
tristeza que se complace en sí misma. De Pablo Neruda se sabe casi todo lo que
él quiso que quedara para saberse, casi todo aquello que dejó escrito en su bellísimo
y caprichoso libro de memorias, 'Confieso que he vivido'. Pero hay mucho
más en su galope: zancadillas, entusiasmos, la política, los amores, el Nobel,
la tristeza... No hay duda de que la suya fue una vida compleja y completa.
Desde el nacimiento y la muerte prematura de la madre hasta los años de cónsul
por Asia, la llegada a una España en plena fiebre guerracivilista, la huida a
Europa, el exilio, el daño final por el golpe militar en Chile y el cáncer que,
en paralelo, lo arrasa.
A ese último instante pertenece otro de los poemas
reunidos en 'Tus pies toco en la sombra', en número 19. El autor de
Crepusculario está en los últimos meses. La enfermedad le va haciendo surco por
el árbol hembrade la venas. Pasa casi todo el día en la cama. Y ahí anota:
"Entre el orgullo y el terror de vivir sin ser amado,/ pasé a darle la
mano a todo el mundo (...) Vivo temblando de que no me llamen/ o de que me
llamen los idiotas,/ mi ansiedad resistió medicamentos,/ doctores, sacerdotes,
estadistas,/(...) el desprecio que me consagrarán/ cuando yo ya no sirva para
nada/ es decir para que hablen/ a través de mi cuerpo las avispas".
El poeta pone aquí las cosas de su vida en hilera.
Y también mira hacia atrás, hasta el recuerdo con musgo del joven que fue:
"Te miro/ y no lo creo/ soy yo mismo/ tan tonto, tan remoto,/ tan
desierto/ Joven/ recién llegado/ de provincia...".
Todo lo que se mueve como expresión de vida es ya
un estar muriendo. Y de esa percepción hay mucho en esta mercancía desconocida hasta este
mismo año. Neruda, aquí se ve bien, es en definitiva un poeta romántico que
pone toda su ambición en provocar y reproducir en sus versos la marcha impetuosa
de su sentir, a veces impostando un cierto materialismo lírico.
No es que aquí irrumpa un poeta distinto, sino que
se amplifica el poeta que ya sabemos. Por eso el asombro del hallazgo y el
justificado espesor del acontecimiento. Los 21 poemas recuperados en este
volumen dan cuenta no sólo de un mundo poético, sino un universo formado y
dispuesto con una coherencia íntima. El que habla es un hombre que encontró en
las palabras algo más que un motivo de vida: una salvación.
http://www.elmundo.es/cultura/2014/12/02/547ccd79ca47418a4a8b4577.html
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