Un estudio científico ofrece nuevos datos sobre el célebre cuadro de
Vermeer
Imagen de la obra de Vermeer
facilitada por el museo Maurithuis.
En la historia de las perlas hay
dos estrellas indiscutibles: la Peregrina, y la que adorna el pendiente lucido
por la famosa joven retratada por el pintor holandés Johannes
Vermeer. La primera, encontrada en Panamá en el siglo XVI, y
entregada luego a Felipe II, formó parte durante siglos de las joyas de la
Corona española. La otra data de 1665 y su destello mantiene intacto su poder
de seducción. Pero tal vez el brillo sea engañoso y se trate, simplemente, de
una lámina de plata pulida. O bien de una esfera de cristal veneciano cubierta
con un barniz. Vincent Icke, un astrónomo y artista holandés, así lo afirma en
la edición de diciembre de la revista divulgativa New
Scientist.
A favor de la teoría de Icke juega
un factor histórico, y es que el título original del óleo del maestro del Siglo
de Oro no era ni mucho menos el actual. En el inventario más antiguo de su
obra, efectuado en 1676, aparece como Un retrato al estilo turco.
Luego pasó a llamarseJoven con turbante , y también Cabeza
de joven. En 1995, un catálogo razonado del pintor lo denominó La
joven de la Perla, y así continúa. Pero el estudioso, catedrático de teoría
de la astronomía en la Universidad holandesa de Leiden, y premiado por sus
trabajos divulgativos, se ha centrado en el brillo del pendiente. Y en su
opinión, es excesivo.
A favor de la teoría de Icke juega un factor histórico: el título original
no era, ni mucho menos, el actual
“Una perla natural no suele tener
ese tamaño, y las capas de carbonato de calcio y de conquiolina (una proteína)
que forman el nácar tendrían que ser blancas; perladas. En el cuadro, por
contra, las zonas oscuras producen un efecto de espejo”, señala, en la revista.
En conclusión, y teniendo en cuenta la carestía de las perlas en el siglo XVII,
“lo más probable es que se trate de plata, o bien estaño, muy pulimentado”. Por
otra parte, la obra era un tronie (rostro), un género propio
del barroco flamenco holandés que servía para que el pintor mostrara su
habilidad. La identidad del personaje retratado era lo de menos. No como con
las clientas pudientes, que posaban con pulseras, collares y bordados
rebosantes de perlas. Ellas subrayaban su estatus y el artista se lucía
pintándolas.
Icke habla de plata o estaño para
el pendiente de la enigmática muchacha. En el año 2004, sin embargo, la propia Real Galería Mauritshuis,
de La Haya, donde se expone, ya sugirió que tal vez no pudiera hablarse de una
perla. “Su gran tamaño, natural y no cultivada, y el hecho de que solo pudieran
pagarlas los ricos (…) tal vez la chica lleva una preciosa ‘perla’ artesana”,
reza el catálogo publicado entonces. Y otra cosa. La obra fue comprada en 1881,
en una subasta, por dos florines en muy mal estado de conservación. Así llegó a
la Sala, que la ha convertido en su mejor reclamo. Sobre todo después de que
una restauración efectuada en 1994 realzara el fondo oscuro, los colores vivos
del turbante y la gema.
Pero esta historia de misterios no
estaría completa sin el poder ejercido por la literatura y el cine en la
imaginación colectiva. La novela La joven de la Perla, de la
escritora estadounidense Tracy Chevalier, tuvo gran éxito en 1999. Allí, la
joven era una sirvienta de la familia Vermeer con dotes para apreciar los
colores, que se enamora del artista. El retrato surge en un arrebato de
inspiración, y la joya es auténtica y de la señora Vermeer, una dama de la
buena sociedad. Cuando la obra fue
llevada al cine en 2003 por Peter Webber, la actriz Scarlett
Johansson posó como la muchacha que luce, por un momento, un tesoro. El
pendiente pasó a convertirse en un icono. La propia Mauritshuis vende réplicas
en su tienda de recuerdos sin problemas.
Ante la duda de los eruditos y la
observación del astrónomo, Quentin Buvelot, conservador jefe de la Galería,
admite que rebautizar el cuadro como La joven que lleva un pendiente
parecido a una perla, resulta poco atractivo. Además, siempre quedará ella,
y su mirada.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/15/actualidad/1418667470_155571.html
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