El
barítono alemán Christian Gerhaher.
No había lugar para el sentimentalismo, ni siquiera para el evocado
por la llegada del invierno y la referencia a Schubert,
con su desgarrado viaje interior. Con Christian Gerhaher y Gerold Huber lo que
se impone en primer lugar es la pureza artística del universo del lied.
Interpretan a Schubert, a Schumann, o ahora a Mahler. Barítono y
pianista estudiaron en su juventud con el gran maestro Dietrich
Fischer-Dieskau, algo que se percibe en la fabulosa compenetración entre ambos,
en la componente reflexiva que acompaña a cada una de sus interpretaciones, y
en esa sobriedad espiritual y profunda que llena todas sus actuaciones. Estamos
en el corazón secreto del lied, esa manifestación suprema de fusión
entre poesía, canto y piano que cuando se hace de esta manera es sencillamente
irresistible. No es de extrañar que en los últimos premios líricos Campoamor se
haya concedido a Gerhaher la máxima distinción como intérprete de recital y lied
en España.
Christian Gerhaher, barítono, con Gerold Huber al piano. Obras de
Mahler: Lieder eines fahrenden, Gesellen, Des Knaben Wunderhorn,
Kindertotenlieder. CNDM, Teatro de La Zarzuela, 21 de diciembre.
“No es precisamente tarea fácil dar a cada uno de los lieder de
Gustav Mahler el acento propio correspondiente. Pierde aquí su vigencia lo que
en compositores anteriores era un requisito natural: el hecho de leer entre
notas. En el caso de Mahler eso llevaría inevitablemente al manierismo. Solo
observando exactamente sus instrucciones puede ponerse de manifiesto plenamente
el arte de Mahler”, escribe Fischer-Dieskau
en Hablan los sonidos, suenan las palabras, un tratado fundamental sobre
la historia e interpretación del canto. Gerhaher y Huber siguen con rigurosa
exactitud estas observaciones. Ni una concesión, ni un adorno, ni un acento
fuera de lo establecido.
Con una seriedad a prueba de bombas, Gerhaher y Huber van desgranando
frase a frase los contenidos linguisticos, y la expresión musical y poética de
Mahler, transmitiendo de inmediato una sensación equilibrada entre el
conocimiento y el amor. No fue un recital fácil, ni en el fondo ni en la forma,
pero sí fue una de esas actuaciones que arrebatan por su hondura y plenitud. Un
regalo inconmensurable en vísperas de estas fiestas navideñas.
Lleno hasta la bandera en el teatro de La Zarzuela, lo que refleja la
consolidación del mundo del lied en Madrid, gracias entre otras causas a
ciclos como éste, con 21 años de continuidad a sus espaldas. En estos tiempos
de cultura del espectáculo, es sumamente graficante comprobar el grado de
adhesión incondicional que provocan manifestaciones culturales de este tipo. En
el fondo se trata de cultura con mayúsculas, cultura en la más pura esencia,
cultura de verdad.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/22/actualidad/1419251249_649193.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario