domingo, 12 de febrero de 2017

EGIPTO APARTA AL ARQUEÓLOGO REEVES DE LA INVESTIGACIÓN DE LA TUMBA DE TUTANKAMÓN

En el interior de la tumba de Tutankamón MAITE VAQUERO y EMILIO AMADE
Detrás del muro de Tutankamón
Las cámaras secretas que esconde la tumba de Tutankamón


FRANCISCO CARRIÓNEl Cairo

A principios del pasado abril una horda de periodistas desfiló por el Valle de los Reyes, en la sureña Luxor, a la caza de Nicholas Reeves. El egiptólogo británico había publicado meses antes una corazonada que hizo correr ríos de tinta: la existencia de dos oquedades ocultas en los muros oeste y norte de la tumba de Tutankamón. Según su tesis, uno de los espacios albergaría la cámara funeraria de la esquiva Nefertiti. Desde aquel escaneado -el tercero al que fue sometida la sepultura en cuestión de meses-, las autoridades egipcias optaron por el sigilo. El revuelo mediático cesó abruptamente y, tras una polémica conferencia internacional celebrada en El Cairo en mayo, no se volvió a hablar públicamente del asunto. Hasta ahora. "La teoría fue esbozada por Reeves pero la tumba de Tutankamón pertenece a Egipto", replica tajante el ministro de Antigüedades egipcio Jaled al Anani en una entrevista exclusiva con EL MUNDO. "El proyecto no ha sido cancelado pero prefiero tratar con instituciones científicas.Nos llegó una propuesta seria desde Italia. El comité permanente la estudió y ha sido aprobada", desvela Al Anani cuyo nombramiento coincidió precisamente con el mutismo que ha sepultado la aventura de Reeves. Hasta entonces, una nerviosa sucesión de ruedas de prensa y declaraciones públicas había disparado las especulaciones entre la legión de forofos de la egiptología.En conversación con este diario, Al Anani confirma que Reeves -profesor de la universidad estadounidense de Arizona- y el equipo de National Geographic que sufragaba los exámenes de la tumba han sido apartados del proyecto. "La nueva propuesta procede del Centro Nacional de Investigación de Italia. Comenzarán a trabajar muy pronto, a finales de febrero o principios de marzo", augura el máximo responsable de las antigüedades del país árabe. "La misión es idéntica a la que se ha desarrollado hasta ahora. Se trata de escanear las paredes de la tumba. Hay que diferenciar entre la teoría y la persona que la formuló. Estamos trabajando sobre la tesis de que puede haber algo", detalla Al Anani. "El señor Reeves no está relacionado con el nuevo proyecto y no está desarrollando ninguna investigación sobre la tumba en estos momentos pero, como cualquier otro especialista, puede enviar una solicitud y será examinada. Hasta ahora, no he recibido ninguna propuesta de una institución que lleve el nombre de Reeves. Para nosotros resulta crucial tratar con instituciones", argumenta el ministro. En los últimos días este diario se ha puesto en contacto en varias ocasiones con el egiptólogo británico sin obtener respuesta.El giro de 180 grados protagonizado por el Gobierno egipcio, desde el desbordante entusiasmo inicial a la estricta cautela actual, también ha alcanzado al objetivo de la exploración. "Tenemos que dejarle tiempo a la ciencia y a sus métodos. Las expectativas o los sentimientos no funcionan aquí. Mi esperanza es encontrar algo en la de Tutankamón y en cualquier otra tumba de Egipto pero hay que distinguir entre esperanzas y emociones. Es tan posible que existan esas cavidades como no hallar nada", desliza el arqueólogo. Su escepticismo se ha llevado incluso por delante las declaraciones públicas de su predecesor en el cargo, Mamduh al Damati, quien aseguró estar "seguro al 90%" de que la sepultura del "faraón niño" -hallada por Howard Carter en 1922- escondía otra cámara o tumba detrás de sus actuales muros. "Debe preguntarle a él. Yo sólo soy responsable de mis palabras pero creo que existe una diferencia entre lo que él dijo y lo que se le entendió. Al Damati me comentó que jamás había dicho lo del 90% en esos términos. Simplemente se limitó a informar de que el especialista del radar afirmaba que existía ese porcentaje de probabilidades de hallar algo", apunta Al Anani.Su llamada a la prudencia afecta, además, al propio calendario de la renovada iniciativa. "La investigación puede llevar años. Carter necesitó diez campañas para hallar la tumba. Ni entonces hubo plazos ni los habrá ahora". Y a la ilusión de localizar el descanso eterno de Nefertiti, "Era -admite- un paso muy remoto. Yo soy un académico. Primero tenemos que certificar que hay cavidad y, si existe, habrá que precisar si es simplemente una oquedad o una tumba. En el segundo caso, lo siguiente sería investigar a quién pudo pertenecer. Estamos aún en la primera pregunta". Alarmado tal vez por el espectáculo que se ofreció hace un año, Al Anani subraya: "los procedimientos científicos deben ser respetados y seguidos con cuidado porque tenemos una credibilidad en el mundo". A su juicio, no obstante, la campaña que alentó la teoría de Reeves no dañó la imagen del país. "Se hizo lo adecuado. Cuando publicó su artículo, se le invitó a Egipto para que pudiera comprobar su tesis examinado la tumba con técnicas no invasivas. Yo estoy tan entusiasmado como mi predecesor con la posibilidad de localizar algo nuevo".

http://www.elmundo.es/ciencia/2017/02/10/589c9bf7ca4741f1318b4639.html

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