El jurado destaca que la
compositora rusa ha alcanzado su propia voz sin renunciar a su conciencia
personal, manteniendo su integridad artística incluso cuando estuvo en las
listas negras del régimen soviético
Gubaidulina conjuga la
influencia de Bach con las tendencias de la vanguardia europea, conformando un
estilo que exhibe una amplia paleta de colores y hace un uso muy particular del
silencio.
Considerada hoy en día como
uno de los más grandes compositores en activo, Sofia Gubaidulina recibe con
asiduidad encargos de los más importantes solistas, conjuntos y orquestas del
mundo, y sus obras han sido estrenadas por nombres de la talla de Simon Rattle,
Anne-Sophie Mutter, Gustavo Dudamel, Kent Nagano o el Kronos Quartet. Su
discografía asimismo es inmensa y Gubaidulina no ha dejado de componer desde su
primera obra, hace 60 años (Phacelia, 1956).
El próximo 23 de febrero, la Orquesta Sinfónica de Boston, bajo la
batuta de Andris Nelsons, estrenará su última composición, un Triple concierto
para violín, violonchelo, bayan y orquesta.
Como ha destacado el jurado
de los premios Fronteras del Conocimiento, “la figura de Sofia Gubaidulina
supone un extraordinario ejemplo de un compositor que ha buscado y alcanzado su
propia voz sin renunciar a su conciencia personal, a pesar de circunstancias
políticas extremadamente complicadas. Su logro es el de la perseverancia y el
coraje. Y son esas cualidades de fortaleza individual e integridad artística
las que se expresan a través de su música”.
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