Se ofrecerán
cinco funciones, los días 20, 21, 23, 24 y 26 de febrero, intercaladas con las
de Billy Budd.
La ciudad de
las mentiras es un encargo del Teatro Real y la partitura está dedicada a
Gerard Mortier.
Se basa en
cuatro cuentos de Juan Carlos Onetti protagonizados por mujeres: las sopranos
Laia Falcón y Katia Guedes, la acordeonista Anne Landa y la violista Anna
Spina.
La obra nace
de un trabajo creativo en equipo, en el que texto, música, interpretación
actoral y escenografía se van gestando simultáneamente.
Los personajes
serán interpretados por cantantes, actores e instrumentistas, y los músicos de
la Orquesta Titular del Teatro Real estarán en el foso y en el Palco Real.
La dirección
musical será de Titus Engel, que ha dirigido ya dos estrenos mundiales en el
Teatro Real: La página en blanco, de Pilar Jurado, en 2011, y Brokeback
Mountain, de Charles Wuorinen, en 2013.
La obra será
grabada y retransmitida en diferido en Radio Clásica, de Radio Nacional de
España.
Entre las
actividades paralelas a La ciudad de las mentiras destaca el Coloquio con Elena
Mendoza y Matthias Rebstock, hoy, a las 19.30 h, en el Instituto Cervantes, y
Enfoques, en el Real, el 19 de febrero a las 18.00 horas.
Un taller
infantil titulado ¿Qué es un estreno? introducirá a los más pequeños en el
universo de la creación musical contemporánea, dentro del ciclo ¡Los domingos,
a la Gayarre!
NUESTRO COLABORADOR, PACO CASERO, NOS ESCRIBE SUS IMPRESIONES SOBRE EL ENSAYO GENERAL DE ESTA OBRA EN EL TEATRO REAL
La función de teatro
musical dura 1h30. El final, aproximadamente, a las 21:30. sin pausa.
Se trata de un espectáculo poco recomendable, creo que los melómanos podrían obviar su asistencia.
La historia es confusa, sobre
cuatro relatos de J.C. Onetti y se arrastra sobre un escenario corpóreo, fijo, que se convierte en el único elemento con algún atractivo. Los artistas, que en realidad no son ni
actores de teatro ni cantantes, realizan un trabajo poco lucido y resulta especialmente
desafortunada la labor de la solista de acordeón. Por otra parte, el texto del libreto está mal declamado y las breves partes cantadas se convierten en un desagradable lamento
continuo. Una pequeña orquesta desarrolla una partitura musical monótona, con la importante intervención de fichas de dominó y los platos y
vasos del barman en la barra del bar.
Es posible que esta propuesta entre dentro de la calificación de lo peor que se
ha visto en el Teatro Real, con diferencia.
Paco Casero
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