domingo, 9 de diciembre de 2018

DIANA THATER. GUGGENHEIM-BILBAO UN MUNDO A LA FUGA


29 de noviembre, 2018 – 3 de marzo, 2019

Desde los años noventa, Diana Thater (San Francisco, 1962) ha sido una pionera de la videoinstalación y ha combinado nuevas tecnologías de la imagen en movimiento con formas que desafían las convenciones narrativas del video y el cine. Manipulando el color en el espacio de exposición y usando pantallas y monitores como soporte visual, las obras de Thater plantean diálogos con los grandes hitos de la historia del arte—desde el impresionismo al minimalismo—a la vez que hacen frente a las cuestiones más urgentes de la cultura contemporánea. Sus entornos, inmersivos y saturados de color, afectan dramáticamente a la arquitectura que los acoge a la vez que ponen en juego una lucha de elementos opuestos, de belleza y espíritu crítico, sugiriendo lo que la propia artista denomina una “tensión entre ciencia y magia”. Al mismo tiempo, sus instalaciones señalan con agudeza las sutiles diferencias que existen entre ver y mirar.


Entre los temas clave de la obra de Thater están las condiciones de vida animal como resultado de la acción humana. Un mundo a la fuga (2016-17) presenta dos instalaciones gemelas, recientemente producidas en Kenia, donde la artista observa la vida y hábitats de dos especies en peligro de extinción—rinocerontes y elefantes—y evoca las economías ilícitas que amenazan su supervivencia. Tan radical como la realidad observa de cerca a Sudán , el último macho de rinoceronte blanco vivo en el mundo, junto con los guardas que lo protegen de los cazadores furtivos en la reserva de Ol Pejeta. Un mundo a la fuga, de la que toma título la exposición, retrata a una manada de elefantes y su hábitat en las Colinas de Chyulu. Ambas obras despliegan una misma mirada distante, descriptiva y a veces errante; ambas observan a sus objetos en silencio y, tácitamente, nos invitan a considerar su existencia en el planeta así como su inminente desaparición.

Como resultado del filtrado de luz ambiente, el color de cada pantalla se altera al reflejarse en la que tiene al lado y también en el suelo de la galería. Además de sugerir cierta magia, estos efectos singularizan aún más la obra de arte como espacio específico de observación. El interés de Thater por la interacción del color se manifiesta con igual fuerza en Tiempo comprimido (2017), un video mural expuesto en la antesala de la exposición. Utilizando una modalidad típica en su trabajo, la artista superpone lo abstracto y lo descriptivo, provocando una confrontación entre puros planos de color e imágenes documentales.

Comisario: Manuel Cirauqui

https://www.guggenheim-bilbao.eus/exposiciones/diana-thater-un-mundo-a-la-fuga/

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